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TROMBOSIS VENOSA 

La flebotrombosis profunda se produce cuando se forma un coágulo de sangre (trombo) en una o más venas profundas del cuerpo, generalmente en las piernas. La flebotrombosis profunda puede causar dolor o hinchazón en las piernas, pero puede estar presente sin síntoma alguno.

Esta afección puede presentarse si tienes ciertas enfermedades que afectan la forma en que coagula la sangre. También puede aparecer si no te mueves durante mucho tiempo, por ejemplo, después de una cirugía o un accidente, o cuando estás confinado a una cama.

La flebotrombosis profunda es un trastorno grave porque los coágulos sanguíneos que se producen en las venas pueden soltarse, desplazarse a través del torrente sanguíneo, alojarse en los pulmones y, de este modo, obstaculizar el flujo de sangre (embolia pulmonar)

SINTOMAS 

 

Los signos y síntomas de la trombosis venosa profunda pueden comprender:

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  • Hinchazón en la pierna afectada. Rara vez se hinchan ambas piernas.

  • Dolor en la pierna. Generalmente, el dolor empieza en la pantorrilla y se siente como un calambre o una inflamación.

  • Enrojecimiento o manchas en la piel de la pierna.

  • Sensación de calor en la pierna afectada.

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La trombosis venosa profunda puede presentarse sin provocar síntomas perceptibles.

CAUSAS

 

Los coágulos de sangre de la trombosis venosa profunda se pueden producir como consecuencia de cualquier cosa que impida que la sangre circule o se coagule normalmente, como una lesión en una vena, una cirugía, ciertos medicamentos y la limitación del movimiento.

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FACTORES DE RIESGO

Muchos factores pueden aumentar el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda. Cuantos más tengas, el riesgo de que la padezcas será mayor. Los factores de riesgo son los siguientes:

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  • Heredar un trastorno de coagulación de la sangre. Algunas personas heredan un trastorno que hace que su sangre coagule más fácilmente. Es posible que esta enfermedad en sí no produzca coágulos de sangre, a menos que se combine con uno o más de los otros factores de riesgo.

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  • El reposo prolongado, como una estancia hospitalaria larga, o parálisis.Cuando las piernas permanecen quietas por largos períodos, los músculos de las pantorrillas no se contraen para ayudar a la circulación sanguínea, lo cual puede aumentar el riesgo de sufrir coágulos sanguíneos.

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  • Lesiones o cirugía. Las lesiones en las venas o las cirugías pueden aumentar el riesgo de sufrir coágulos sanguíneos.

  • Embarazo. El embarazo aumenta la presión en las venas de la pelvis y de las piernas. Las mujeres con un trastorno de coagulación heredado tienen mayor riesgo. El riesgo de sufrir coágulos sanguíneos durante el embarazo puede continuar durante hasta seis semanas luego de tener a tu bebé.

  • Píldoras anticonceptivas (anticonceptivos orales) o terapia de reemplazo hormonal. Las dos pueden aumentar la capacidad de coagulación de la sangre.

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  • Sobrepeso u obesidad. Tener sobrepeso aumenta la presión en las venas de la pelvis y de las piernas.

  • Fumar. El fumar afecta la coagulación y la circulación de la sangre, lo cual aumenta el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda.

  • Cáncer. Ciertos tipos de cáncer aumentan las sustancias en la sangre que provocan la coagulación. Algunas formas de tratamiento oncológico también aumentan el riesgo de sufrir coágulos sanguíneos.

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  • Insuficiencia cardíaca. Esto aumenta el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda y embolia pulmonar. Dado que las personas con insuficiencia cardíaca tienen una función cardíaca y pulmonar limitada, los síntomas que aparecen, incluso, a causa de una pequeña embolia pulmonar son más evidentes.

  • Enfermedad intestinal inflamatoria. Las enfermedades intestinales, como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa, aumentan el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda.

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  • Antecedentes personales o familiares de trombosis venosa profunda o embolia pulmonar. Si tú o alguien de tu familia tuvieron una o ambas afecciones, es posible que corras mayor riesgo de padecer trombosis venosa profunda.

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  • Edad. Tener más de 60 años aumenta el riesgo de sufrir trombosis venosa profunda, aunque puede producirse a cualquier edad.

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  • Permanecer sentado durante períodos prolongados, como al conducir o volar. Cuando las piernas permanecen quietas durante horas, los músculos de las pantorrillas no se contraen, lo que normalmente ayuda a la circulación sanguínea. Si los músculos de las pantorrillas no se mueven durante períodos prolongados, pueden formarse coágulos sanguíneos.

COMPLICACIONES​

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La embolia pulmonar es una complicación grave asociada a la trombosis venosa profunda.

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TROMBOEMBOLIA PULMONAR

Una embolia pulmonar se produce cuando un coágulo sanguíneo (trombo) que circula hacia el pulmón desde otra parte del cuerpo (en general, la pierna) obstruye un vaso sanguíneo en el pulmón.

La embolia pulmonar puede poner en riesgo la vida. Es importante prestar atención a los signos y síntomas de la embolia pulmonar y buscar atención médica si se producen. Los signos y síntomas de embolia pulmonar comprenden:

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  • Dificultad repentina para respirar

  • Dolor o molestia en el pecho que empeora cuando respiras profundo o cuando toses

  • Sentirse aturdido o mareado, o desmayarse

  • Pulso acelerado

  • Tos con sangre

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SINDROME POSTROMBOTICO

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Una complicación frecuente que puede producirse después de una trombosis venosa profunda se conoce como «síndrome posflebítico» o «síndrome postrombótico».

El daño en las venas provocado por el coágulo sanguíneo reduce el flujo sanguíneo en las zonas afectadas, lo que puede producir:

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  • Hinchazón persistente de las piernas (edema)

  • Dolor de pierna

  • Cambios de color de la piel

  • Llagas en la piel

TERAPIA COMPRESIVA 

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