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INSUFICIENCIA VENOSA

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Las enfermedades venosas afectan a entre el 10 y el 40% de la población adulta, sobre todo en las extremidades inferiores, según los últimos estudios. La insuficiencia venosa crónica afecta al 50% de la población que tiene más de 50 años.

SISTEMA VENOSO HUMANO

En las extremidades inferiores hay dos sistemas venosos bien diferenciados: el sistema venoso superficial (SVS) y el sistema venoso profundo (SVP).

Las venas del SVS son más finas y los tejidos que las rodean son fácilmente distensibles. En cambio, el sistema venoso profundo contiene el 90% de la sangre venosa, sus paredes son más fuertes y se distienden menos.

 

Las venas hacen que la sangre pobre en oxígeno ascienda hasta el corazón gracias a las válvulas semilunares. Estas válvulas se disponen de tal manera que el flujo venoso va en dirección ascendente y centrípeta, es decir, del sistema venoso superficial al sistema venoso profundo. 

Su mecanismo de acción consiste en abrirse por la presión que ejerce la sangre en la vena y cerrarse por efecto de la gravedad. Además, la contracción de los músculos de las piernas actúa como una bomba exprimiendo las venas que rodean y potenciando la ascensión de la sangre.

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INSUFICIENCIA VENOSA 

En la insuficiencia venosa el retorno venoso se encuentra dificultado, de manera que las venas no envían la sangre de forma eficiente desde las extremidades inferiores al corazón.

La insuficiencia venosa crónica es una condición prolongada de circulación venosa incompetente y su aparición se debe a la obstrucción parcial de las venas o a las filtraciones de sangre alrededor de las válvulas venosas.

Cuando este sistema no funciona adecuadamente se producen alteraciones en las válvulas y el retorno venoso no se realiza correctamente. Por tanto, parte de la sangre de retorno caerá al tramo inferior produciendo una dilatación en las venas superficiales por hiperpresión, que es lo que comúnmente conocemos con el nombre de varices.

 

Por tanto, las varices son venas que presentan dilataciones permanentes y patológicas, con alargamiento y flexuosidades. Son consideradas la cara visible de la insuficiencia venosa crónica. La OMS define las varices como dilataciones de las venas que con frecuencia son tortuosas. La causa principal de la aparición de varices es la estasis venosa, provocada normalmente por un fallo valvular.

Desde el punto de vista morfológico las varices se pueden clasificar en:

  • Telangiectasias o arañas vasculares. Son dilataciones de pequeñas venas o de capilares intradérmicos

  • Varices reticulares. Son dilataciones de las venas de pequeño calibre, generalmente en la cara externa de muslo, pierna o rodilla.

  • Varices tronculares. Son las que afectan a las venas safenas o sus ramas afluentes.

Además, parte de la sangre que no ha retornado correctamente se filtra y puede acumularse en las piernas y en los pies favoreciendo la formación de edema que, si no se trata, puede desembocar en una necrosis tisular que generará una úlcera.

Además, la insuficiencia venosa puede ocasionar una coloración anormal en la piel de los tobillos, debido a la acumulación de las sustancias de degradación de la sangre en la piel.

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FACTORES DE RIESGO

Los principales factores de riesgo que empeoran la insuficiencia venosa son los que se detallan a continuación:

Edad. Con el paso del tiempo las venas no realizan eficientemente el retorno venoso. Por tanto, aconsejaremos la aplicación de las medidas preventivas incluso aunque el paciente no manifieste sintomatología.

Sexo femenino. La insuficiencia venosa afecta principalmente al sexo femenino: los estudios demuestran que es hasta cinco veces más frecuente. La afección se agrava cuando la mujer está embarazada o toma anticonceptivos orales.

Estatura. A mayor altura, mayor esfuerzo contra la gravedad deben realizar las venas para devolver la sangre desde las extremidades inferiores al corazón.

Factores genéticos. Contra los genes no se puede luchar. Sólo cabe aconsejar la aplicación de las medidas preventivas.

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SINTOMAS

El paciente afectado por una insuficiencia venosa debe asumir que incluso adoptando medidas preventivas su afección es de carácter crónico y evolutivo y, por tanto, los síntomas y manifestaciones dermatológicas que a continuación se detallan irán apareciendo con el paso del tiempo:

  • Estadio 1. Aumento del relieve y mayor coloración en las venas. Observamos varices cilíndricas, saculares y reticulares. El paciente no suele presentar molestias.

  • Estadio 2. Aparece la sintomatología ortostática: dolor intenso, pesadez o calambres en las piernas, picazón y hormigueo, dolor que empeora al pararse, dolor que mejora al levantar las piernas e hinchazón en ellas. Normalmente estos síntomas se notan más en épocas de calor o en situaciones de permanencia prolongada de bipedestación y se agrava durante el embarazo. En este grado de insuficiencia venosa se produce el edema, que se agudiza sobre todo por la tarde y que mejora con el descanso nocturno. También se produce daño tisular que provoca la liberación de histamina y acetilcolina, potenciando la sensación dolorosa.

  • Estadio 3. Se caracteriza por las manifestaciones dermatológicas: pigmentación pardo negruzca en el maleolo, alteración de los capilares, picor y atrofia en la piel.

  • Estadio 4. La piel se ha erosionado, de manera que se produce una úlcera varicosa que normalmente suele supurar tejido patológico. Para su curación se aconseja un vendaje compresivo fuerte, drenaje y una limpieza exhaustiva de la herida, ya que es de vital importancia que no se infecte la úlcera.

CLASIFICACIÓN

CLASIFICACIÓN

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USG DOPPLER VENOSO

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Tratamiento

RECOMENDACIONES GENERALES

Hay recomendaciones que, con carácter general, deben trasladarse a los pacientes que presentan insuficiencia venosa en mayor o menor grado:

  • Obesidad. Es preciso evitar el sobrepeso, ya que es un factor determinante que agrava la enfermedad, realizando una dieta ligera. Se aconseja que esta dieta sea rica en fibra para que no se produzca estreñimiento, ya que este problema hace empeorar la insuficiencia venosa al aumentar la tensión intraabdominal.

  • Sedentarismo y ortostatismo prolongado. No conviene permanecer sentado o de pie por mucho tiempo. En personas sedentarias se aconseja mover ligeramente las piernas para ayudar a que la sangre de las venas retorne al corazón. La práctica de deportes como la natación, pasear, etc. mejora la circulación sanguínea.

  • Vestido y calzado. Evitar el uso de ropa ceñida que produzca «efecto torniquete» y el calzado más recomendable es el de medio tacón, no apretado, cómodo y flexible.

  • Temperatura. Los climas fríos y secos son los más tolerados por estos pacientes. Se recomienda evitar la proximidad a fuentes de calor, como saunas o exposiciones al sol. Los tratamientos con vendas frías e hidroterapia producen mejora en la sintomatología.

  • Tratamiento conservador y preventivo

El tratamiento conservador y preventivo de la insuficiencia venosa contempla la siguientes estrategias.

Medidas genéricas. Intentan contrarrestar los factores que agravan la insuficiencia venosa. Han sido descritas en el apartado anterior.

Medidas fisicoposturales. En relación con las medidas fisicoposturales se aconseja el reposo con elevación de las extremidades inferiores; el drenaje linfático realizado por un profesional y la hidroterapia que combina las duchas con agua fría y masajes.

La actividad física mejora la circulación sanguínea en general. El ejercicio físico más recomendado y más fácil de realizar es andar 1-2 horas diarias. Por supuesto, otros deportes como la natación y el ciclismo son muy adecuados, ya que activan la musculatura de la zona gemelar. Son recomendables los ejercicios que impliquen la flexión de los tobillos, para activar el bombeo muscular.

En todo caso se deben evitar las situaciones de inmovilidad de las extremidades inferiores o los periodos de bipedestación prolongada.

Medidas compresivas. Las extremidades inferiores tienen una especie de malla compuesta por fibras de colágeno estrechamente agrupadas que comprime la musculatura y que se llama aponeurosis rígida de la pierna. La aponeurosis, junto con las válvulas venosas, garantiza un buen retorno de la sangre al corazón.

En los casos de insuficiencia venosa esta aponeurosis se encuentra agujereada, por lo que la sangre no es comprimida correctamente, de manera que parte de ella se acumula por debajo de la piel produciendo edemas.

La compresión elástica es básica en el tratamiento conservador de la insuficiencia venosa en todos sus estadios. La clave de su eficacia es incrementar la presión intersticial local y disminuir el diámetro de las venas, favoreciendo el retorno venoso y reduciendo el reflujo de manera que disminuye la hipertensión venosa. Por tanto, se consigue que mejoren los síntomas, se reduzca el edema y se retrase la evolución de la insuficiencia venosa.

Las medidas compresivas están indicadas para todos los pacientes con problemas venosos excepto en aquellos con isquemia, fallo cardíaco, flebitis y flegmasia cerulea dolens.

La terapia de compresión puede ser elástica, pero también inelástica o de compresión

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TRATAMIENTO FARMACOLOGICO

El tratamiento farmacológico se realizará junto con las medidas preventivas anteriormente mencionadas. Hay una gran variedad de fármacos aplicables a la insuficiencia venosa crónica, clasificados fundamentalmente en venotónicos y otros medicamentos indicados para combatir determinadas complicaciones asociadas a la enfermedad.

Venotónicos

En el grupo de los fármacos venotónicos hay una amplia gama de principios activos que en muchas ocasiones tienen efectos múltiples e incluso actúan a distintos niveles. Por tanto, aquí se clasifican por grupos genéricos:

  • Hidroquinonas: dobesilato de calcio. Mejora la insuficiencia venosa y el edema.

  • Gammabenzopironas: diosmina, hesperidina, hidrosmina, troxerutina. Actúan sobre la microcirculación.

  • Alfabenzopironas: cumarina y esculina. Su mecanismo de acción es la proteolisis de las cadenas de elevado peso molecular.

  • Saponinas: escina (castaño de Indias). Mantiene el tono venoso y protege la permeabilidad endotelial.

  • Ácido ascórbico: por su efecto antioxidante protege el endotelio y favorece la formación de fibras de colágeno, de manera que se mantiene la estructura de los vasos sanguíneos y su funcionalidad.

Anticoagulantes

La utilización de fármacos anticoagulantes se da de forma profiláctica en pacientes con alto riesgo tromboembólico:

  • Diuréticos. Los más utilizados son los denominados diuréticos neutros o ahorradores de potasio. Se utilizan en edemas sistémicos asociados a la insuficiencia venosa.

  • Antibióticos. Sólo en aquellos casos en los que se desarrollen úlceras venosas sobreinfectadas.

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TRATAMIENTO DERMOFARMACÉUTICO DE LA INSUFICIENCIA VENOSA  

A los pacientes con insuficiencia venosa desde la farmacia podemos recomendarles ciertos cuidados dermocosméticos para mejorar la sintomatología:

- Utilizar agua tibia para el aseo diario, evitando los baños de agua muy caliente. Es aconsejable finalizar la ducha con agua fría aplicándola desde los tobillos en sentido ascendente hasta las ingles para favorecer la circulación sanguínea.

- Se recomienda la utilización de un jabón neutro, que no altere el pH propio de la piel para así mantener intacto el manto hidrolipídico protector y evitar futuras ulceraciones.

- Hidratar la piel adecuadamente realizando un ligero masaje ascendente. Cuanto mejor sea el estado de la piel, menos probabilidades tenemos de que aparezca una lesión.En caso de que la persona sea diabética hay que extremar las precauciones.

- Evitar la exposición directa al sol, así como la radiación UVA. El bronceado inmóvil al sol es nefasto y se debe desaconsejar, ya que la exposición solar produce una vasodilatación que puede agravar la insuficiencia venosa y favorecer la aparición de varicosidades y microvarices.

- Proteger la piel de golpes y rozaduras. En los casos de insuficiencia venosa cualquier golpe o rozadura puede provocar una lesión que se puede agravar y degenerar en una úlcera.

Cosméticos despigmentantes

Cuando el edema se prolonga en el tiempo, se produce una extravasación de plasma y de componentes sanguíneos al tejido celular subcutáneo. Este líquido que contiene hemoglobina se sitúa debajo de la piel provocando una coloración ocre, en forma de pequeños círculos parduzcos. Por tanto, aparece una pigmentación característica denominada dermatitis ocre.

En la farmacia podemos recomendar, junto con las medidas higienicodietéticas ya mencionadas, un cosmético despigmentante que mejore el aspecto de la piel; siempre y cuando no haya una úlcera.

 

Tenemos presentaciones cosméticas específicas para mejorar el aspecto de estas manchas que están formuladas con:

- Agentes quelantes y ácido ascórbico. Reducen la coloración parduzca.

- Alfabisabolol, como descongestivo.

- Extracto de ginkgo biloba, que mejora la circulación sanguínea.

Fármacos tópicos

La primera consecuencia de padecer varices o insuficiencia venosa crónica es el edema. El tobillo se hincha y el calcetín deja una huella característica. El tratamiento tópico de la insuficiencia venosa es de amplia utilización pero su efectividad no está totalmente demostrada. Desde la farmacia debemos insistir en la aplicación de estas cremas o geles con derivados de activos venotónicos o heparinoides por la importancia del masaje ascendente, que mejora la circulación sanguínea. El masaje se realizará siempre desde el tobillo hacia la rodilla y preferiblemente por la mañana antes de poner las medias de compresión.

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